Si yo fuera un sendero…
Caminar por un sendero puede ser una experiencia inolvidable.
Hay tanto por descubrir que, con solo mirar con otros ojos, cada paso puede sorprendernos.
Tal vez podamos observar como pequeños exploradores, seguir el rastro de un animal o, simplemente, detenernos a escuchar. Sentir la brisa, la frescura de la humedad en el ambiente, la calma de los lagos y lagunas, el perfume de las flores, la danza de las sombras y la luz del sol que nos acompaña.
¿Y si llueve? También será maravilloso. La tierra cambiará de color, el aroma fresco se intensificará, el sonido de las gotas compondrá una melodía única. El agua, ese tesoro transparente, nutrirá el suelo y permitirá que la vida continúe su ciclo.
Si yo fuera un sendero…
Si yo fuera un sendero, invitaría a quien me recorre a detenerse, a oler mi frescura, a escuchar mi silencio, a descubrir a mis habitantes: Quienes viven en lo profundo de mi suelo, en las alturas de mis árboles, en las corrientes de mis cielos y en la orilla de mis lagunas.
Si yo fuera un sendero, ofrecería carteles que acompañen al visitante, pero también dejaría espacio para que cada quien elija su propio recorrido.
Si yo fuera un sendero, me gustaría compartir la sensación de libertad que me da mi jardín y que otros también puedan sentirla.
En el curso online de Senderismo de Bajo Impacto, nos presentamos como senderos, explorando lo que sentimos al recorrer y al ser recorridos. Así, los contenidos y herramientas cobran otro sentido…
Planificar experiencias vivenciales es fundamental para guías, instructores y educadores. Si querés aprender más, te dejamos el enlace al curso.
Curso Senderismo de bajo impacto
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